He vuelto a hacer cake pops! pero esta vez he utilizado una receta más fácil y más buena (sí, sí, más buena aún). He utilizado las famosas galletas Oreo para hacer las bolitas, y la verdad es que estoy satisfecha: son más sabrosas y son fáciles de moldear, y además ahorras bastante tiempo; en fin, una triunfada. Lo malo es que las bizcoletas te salen un poco más caras... pero la próxima vez que las haga voy a usar Galletas tipo Oreo de la marca Lidl, que seguro que también salen buenas. Ya os contaré. De momento os apunto esto:
Ingredientes (para 15 bizcoletas): 24 galletas Oreo - 60 gr. de queso cremoso tipo Philadelphia - palitos - Candy Melts - sprinkles varios para decorar
Preparación: Trocear completamente las galletas enteras (la parte de galleta y la nata) con la ayuda de la batidora o un robot (se puede hacer con las manos pero es mucho más costoso) hasta que quede como una arena fina.
Luego añade el queso a las galletas trituradas.
Amásalo hasta obtener una masa como de plastilina.
Coge una porción de masa y haz bolitas de 25 gramos. Pésalas: es más lento, pero luego te compensará ver que todas tus bolitas tienen el mismo tamaño.
Refrigera las bolas 1 hora aprox. en la nevera. Si tienes mucha prisa, ponlas unos 15 minutos en el congelador. Cuando las bolas estén fresquitas, es hora de empezar a hacer los cake pops!
Derrite en el microondas los Candy Melts.
Moja en el Candy Melt bien derretido un palito e introdúcelo rápidamente en la bolita (es mejor hacer esta operación en serie, ahorrarás tiempo).
Cuando tengas todas las bolas convertidas en cakes pops, introdúcelas en los Candy Melts elegidos (vuelve a introducir al microo si ves que se ha espesado. Un truco: yo intento tenerlos al baño maria). Deja que se sequen dentro de un vaso o clavados en un trozo de corcho. Decóralos con sprinkles, chuches, flores o animales de azúcar. Y ya está! Animaros a hacerlos porque vais a triunfar, y están buenííííísimos.
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